EL NIÑO QUE ESPERABA LAS 5 P.M. EN SU PUEBLO
En el portal del Telégrafo, sentado en la esquina opuesta a la Alcaldía un niño
de kindergarten espera la llegada de las 5 de la tarde. Todos los días espera
pues es la hora que el beneficio de café Alvarado de Dr. Manuel Alvarado suena
su pito para dar la salida de los trabajadores del Beneficio de Café Alvarado.
Limpiadores de café, trilladores, mozos, secadores salían a esta hora. Dr.
Alvarado compraba café, lo secaba en los patios y lo procesaba para exportarlo
a Alemania, Inglaterra.
El chorro de humo que venía de la caldera y hacía accionar
el pito del beneficio sale al aire libre con gran rapidez a las cinco en punto.
La caída de la tarde ha llegado. El sol muere cayendo sus últimos rayos de luz
en el tejado de las casas. En las faldas
del volcán de San Vicente la tarde muere. Una hora de sol nada más queda para
terminar el día.
Al fondo de la calle que viene del Calvario se alcanza a
divisar el penacho del bus cargado de maletas y bultos Gálvez de Don Juan
Gálvez. Suena su bocina con gran alegría anunciando al pueblo que ha llegado a
su destino. Tres horas de camino en polvazones en verano y lodazales en
invierno. Viene de San Salvador, la
capital y es la hora de entrada a mí querido pueblecito: SAN PEDRO NONUALCO.
“Si el pueblo de uno es pequeño, uno grande lo sueña”, dijo Rubén Darío.
Llega el bus raneando de loma en loma entre las calles
empedradas a lo antiguo. No hay alcantarilla. El agua llovida corre por el
centro de las calles en las tormentas de invierno. Hay hoyos por doquier pero
el bus valiente los evade para llegar a su destino final: San Pedro Nonualco. Ron, ron suena el motor solo
en velocidad primera como danzando una canción de victoria por su arrivo.
El niño espera la entrada triunfal del bus Gálvez, Suena
fuerte la bocina al llegar enfrente de la Alcaldía y el mercado. ¡Llegamos¡,
dice el cobrador¡ Vaya San Pedro, señores, repite. Los pasajeros con maletas y
cajas de cartón hacen gestos de satisfacción de su llegada, se desempolvan y retuercen
su cuerpo para quitar la incomodidad del
viaje.
¡Esa es la mía¡ señala un pasajeros al lo alto del bus,
señalando la caja que el hombre le resbala por el lomo del bus. ¡Agárrela¡
grita, desde de arriba del bus. La Gálvez continúa con pocos pasajeros a Santa
María Ostuma, donde dormirá para madrugar el día siguiente a las 5 de la mañana
de regreso a la capital.
Es 1957, el niños después de disfrutar la escena de la tarde
recoge su cuerpecito para ira adentro del Telégrafo donde vive con su papá
Alfredo, mamá Ángela y sus cinco hermanitos: Alejandro, Nelly, Coralia, Virgilio,
Rolando .
El niño juega con su imaginación y cree que el bus con su bocina dice al pueblo y
pasajeros:¡Llegué, llegué¡ Mientras el pito del beneficio de café con su gas de
la caldera de pulpa de café, dice a los obreros: ¡Salgan¡, Salgán¡
Es 2013 Y el pueblo
no se ha ido. Con nuevas generaciones de gentes con internet, celulares, facebook,
tweeter, buses modernos y con calle pavimentada hasta Santa María Ostuma,
Guadalupe, Verapaz y la carretera Panamericana. Se encamina al progreso a
encontrar su futuro con las nuevas generaciones que están llegando: ¡Los niños
que nacerán en 2013 y 2014.
FOMILENIO II se anuncia, que traerá 500 millones a la región-
Ärea del aeropuerto Comalapa a solo 30 kilómetros de San Pedro Nonualco. Una
nueva calle a la capital vía los Tepezontes se gestiona.
A mis 63 años parece que hay muchas historias que contar todavía de la vida
sampedrana y salvadoreña.
Mientras siguen
llegando los que nos van a sustituir como nosotros sustituimos a nuestros bis
abuelos y abuelos.
Al cumplir CIEN AÑOS del título de ciudad SAN PEDRO
NONUALCO, me pregunto ¿Cómo será mi pueblo en 2114?
Me imagino:
* No habrá postes de tendido
eléctrico, el fluido llegará como llega la señal de celular a los teléfonos.
*
Kike-
Henry/
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