MIS MASCOTAS
MI PRIMER
GATITO ANGORA.
1960. San
Pedro Nonualco. Cumplía mis 10 años. Se veía bello, hermoso, ojos alegres, pelo
suave. Era un gato bebe angora. El primero que llegaba a la casa para quedarse
como mascota.
Habíamos
tenido mascotas perros: Tarzán. Perro valiente. Tarzán peleó con tres perros
simultáneamente y los venció. Mi familia se sentía orgullosa de Tarzán. . Lo
lloramos cuando lo enterramos en la finca. Laqui fué otro perro de color negro.
Esto FUE UN año antes que llegara a la casa el pequeño gatito angora que robó
mi corazón. Lo acariciaba suavemente, sus ojos vivos de color amarillo.
Esa tarde
llevó a visitarnos Martha, maestra de primaria. SE acomodó en una mecedora y
comenzó a balancearse en ella. Mi gatito se atravesó y fue alcanzado por el
balancín que destrozó su cuello. ¡Era imposible ver aquella escena. ¡. El
angorita estaba muerto. Lo tomé en mis brazos. Creía que lo podía revivir
sobándolo o respiración artificial. Nada. Había fallecido
Lo tomé
entre mis brazos y me conduje con el al patio trasero de la casa. Bajo unos
arboles de carao enormes, comencé a cavar un hoyito. Justo para que cupiera mi
recién amigo muerto. Elaboré una crucita de palitos y lo coloque en la cabecera
de la tumba. Recé algo para el alma del animalito. Me quebranté en llanto al
despedir a mi angora. En mi casa me hicieron burla, porque me fueron a expiar y
me vieron e enterrando a mi amigo.
Los pollitos
que mamá compro en el mercado fueron de mis primeras mascotas: YO deseaba que
tocaran el timbre de salida de la escuela para ir a vera a los pollitos. Al
llegar los abrazaba y besaba. Los acariciaba y jugaba con ellos.
Un años
antes cuando vivíamos en la finca a la entrada del pueblo. Una cabrita fue mi
mascota. Yo le daba leche, cortaba zacate para la cabrita. Me acostaba con ella
y la acariciaba. Estaba en época de vacaciones y tenía tiempo para la mascota.
Las clase comenzaron y la cabrita lloraba cuando yo me iba a estudiar mi tercer
año de primaria. La cabrita se entristeció y se murió. Mamá me tuvo la noticia
y la enterró para que yo no me diera cuenta. La alegría de la escuela sepulto
mi amor por mi mascota.
Una aridilla
que mi hermano Antonio llevó a casa. Me mordía. También . Toñito llevó una
cotuza y unas palomitas castillas que tuvieron cría.
Las mascotas
son parte de nuestra vida y hay que ciudarlas si vamos a convivir con ellas.
¡Nos roban el corazón.¡
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